Ayer llegué a Tlaxcala, confieso que las experiencias que viví no fueron agradables por que el cansancio y la frustración resultan en algo poco agradable.
Confieso que no todo fue malo, pues, Tlaxcala ha limpiado su nombre en lo que a mi respecta.
Es un lugar hermoso, provinciano y que me regaló un gran amanecer hoy mientras viajaba.
Organización es la base de la mayorías de los procesos.
Anoche, despues de llegar al hotel de paso en el que me quedé, sentí una profunda soledad y mucha, mucha decepción, entonces, llegó un mensaje de Tom, preocupado por mi.
Saber que alguien en la distancia te echa de menos, te aligera la carga.
No parecía tan buena idea andar viajando, pero, en la mañana, todo pintaba diferente.
Y cambió.
Hoy estoy aún en tlaxcala, en un municipio más pintoresco y de gente amable. Me gusta sentirme bien recibida y atendida aunque sea entre desconocidos.
No hay mal que por bien no venga y yo, voy aprendiendo.
Aprendo que mantener la calma en los malos momentos es básico para salir de ellos y que, es verdad que el 99% de la gravedad de los problemas es la actitud con la que los afrontas y que la ayuda, a veces, llega de quien menos te lo esperas.
No sé, creo que esto tambien está contribuyendo a mi ENORME proceso a la madurez.
Quizá hoy, soy menos oruga y más mariposa...
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