
Ya casi lo logro y casi termino con los pendientes de este blog.
Cuando leí el tema de la semana pasada, no fué precisamente esos momentos de OSO lo que me vino a la mente. No.
Cuando leí el tema de la semana pasada, no fué precisamente esos momentos de OSO lo que me vino a la mente. No.
De algún modo, logré acostumbrarme, superar, afrontar, convivir, con esos momentos de ridiculo que hasta cierto punto, se hicieron comunes en mi vida.
Diganme traumada, pero en lo que realmente he pensado mientras tenía la oportunidad de escribirlo, es en esas tardes, noches, mañanas en las que me he sentado a llorar en las calles, parques, andenes, vagones de metro...
No me gusta llorar, menos delante de quien me da razones para hacerlo, pero simplemente hay momentos/ocasiones/circunstancias en las que no puedo simplemente hacer como si no pasara nada.
Nunca les he dado el gusto de verlo, JAMAS, pero eso no significa que no lo haga.
Muchas veces, mientras he vivido enamorada, me he sentado a llorar en los andenes de pino suarez, otras, en el trolebus de eje central, la última vez, en san cosme...
Y justo en esos momentos en que la tristeza, angustia, coraje, decepción, me invaden y me dejo caer al suelo pa chillar, es cuando pienso lo mucho que me gustaría ser invisible.
4 comentarios:
Ains...
*pasa kleenex
Si, en esas ocasiones también se antoja ser invisible...
Pues mas que invisible.. quisiera no sentir...
Pero luego pienso que sentir es lo que me hace humano, me hace marcar los grandes cambios del mundo... y ahí es cuando digo "la vida es un ratito" (no ratico como dice el juanes :P)...
Abrazos...
se por lo que estas pasando ... deja que fluyan los sentimientos ... te hara bien ... aqui tienes un hombro para llorar y unos oidos para escucharte ... pero por favor no andes asi en la calle es peligroso y mira que yo estuve igual ...
hay gente que te quiere, no malgastes tus lagrimas en cualquier pendejo
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