y te miro, más bien, te admiro.
te lo has ganado por seguir de pie, por que la poquita fe que te queda, la traes bien guardada y por que, aunque lo niegues, siempre que hay aportunidad, te arriesgas a enamorarte.
yo te sigo casi siempre, me mantengo callada, casi inmóvil, no quiero que te asustes y corras.
he tenido suerte.
al encontrarte y que me quieras un poco.
al ser tu hermana.
tu otro yo.
es que, cada que te miro (o te admiro) no puedo pensar que alguien que te conozca no te quiera.
dígamos, es, impensable.
y, trato, de encontrar razón de no hacerlo y no encuentro.
solo encuentro razones para amarte, para querer quedarse a tu lado, siempre...
quizá por eso, cuando vienes a decirme que quieres que te amen, me da mas coraje que tristeza, me da mas envidia que lástima, me dan ganas de pegarte en la nariz por no ver lo grande que sos!
así que, grabatelo bien, razones para amarte sobran, pero eso no significa que tú tambien debas amarles...
son una mierda, la mayoría.
y un día, cuando camines por algún lugar, te toparas con uno de esos, de los que valen la pena, de los que no hieren ni te obligan, de los que no se cansan de abrazarte y no dudan en hacer de ti su mundo, por que lo mereces...
mientras, como dices, usales.
yo, seguiré acá, a tu lado, siempre contigo, incluso si mueres...
donde irás que no vaya?
ah, y por si no lo dije antes, yo tambien te amo.
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