27 de octubre de 2005

qué mas?

Pones un CD de Sinatra y mientras escuchas, prendes un cigarro.

Sientes el sabor del tabaco corriéndote por la garganta, miras por la ventana del patético departamento donde vives, tu cama está mas vacía que siempre y tus sábanas mas frías que antes…

Empiezas a extrañar sus caricias.

Carajo!

Si no fuera por que te prometiste no rogar…

Quizá, aun estaría ahí, sobre el colchón.

Sacas una botella del refrigerador y dejas caer tu pesado cuerpo en un viejo sillón, con el cigarro entre los labios y la botella en el piso, tomas el teléfono y marcas un número…

Contesta una voz que no conoces y cuelgas.

No hay más, llegó la hora de olvidar.

Te tocas el cabello y recuerdas que no te has bañado desde que se fue.

Aún tienes su saliva sobre la piel y te da escalofríos.

Te paras frente al espejo y miras tu reflejo, jamás habías caído tan bajo.

Qué se le va a hacer? Te dices aún mirando el espejo.

Tiras los restos del cigarro en el excusado y dejas rodar la botella vacía.

Piensas que no era amor, pero, que puta falta te hace su boca y su cuerpo sobre el tuyo!

Abres la llave de la regadera y te quitas la poca ropa que traes encima. Te gustaría arrancarte igual la soledad.

Pasas lento tus manos sobre tu desnudez e inevitablemente, piensas en sus manos…

Te tocas como si no fueras tú, como si fueran sus caricias resbalándose sobre ti, como si una vez más, te hiciera el amor…

El agua sigue mojándote y ahora, sientes la humedad, incluso dentro de ti.

Nunca te necesité! Dices.

Y el agua se te cuela entre los labios.

Sabes perfectamente que te hace mucha falta.

Tomas la toalla y te secas. Te sientas en la cama.

Recoges la ropa del piso y recuerdas el coraje con el que te la quitó.

Gritó, te dejó moretones cubriéndote la cara, espalda y piernas, te pateó sin recordar que dijo amarte, o quizá, arrepentido de ello…

No dijiste nada, ni siquiera te quejaste.

De cualquier modo, ibas a pedirle que se fuera… algún día.

Te asustó ver tanto coraje en sus ojos, te lastimó la fuerza de sus golpes pero, no fue hasta que empezó a maldecirte, que comenzaste a llorar.

Y, dejándote de rodillas, con la boca sangrando y casi sin ropa, se dio la vuelta y se largó…

Saliste de tus recuerdos y pensaste en el otro cuerpo que él encontró enredado en las sábanas….

Se había marchado dejándote a tu suerte.

Fue bueno mientras duró. Te dijiste a modo de consuelo.

Mientras te soltabas el cabello la pregunta inevitable saltó a tu cabeza.

Qué era lo que mas le había dolido, el engaño o que hubiera sido justo su hermano?

Después, sin pensar mucho y con un poco de dolor en los labios, sonreíste…

6 comentarios:

Laudanum dijo...

este texto está con madre... que va.

rossmar dijo...

no pudo haber mejor final, al final de todo la sonrisa.
max feliz fin.

Pablo dijo...

Ciento ochenta grados.

BLACK STAR dijo...

mmm! hay cosas que uno quisiera evitar pero que indudablemente suceden... un beso esa!

NuEz dijo...

Le agarro a patadas!
y lo extraña ^___^

Kramer dijo...

Ebullición hizo poema en tus manos, es decir: vida y pecado,
adherencia seminal del cielo y la tierra y tu palabra,
llorosa, de llanto; de piel prestada,
de pecado,
voz como ganas de nada,
que desgrana su lujuria ...
no hay iracundia que valga

Kramer