No hay peor muerte que el olvido, recordar puede ser una constante resurrección. Los afectos dejados, en vida, son los delicados brazos que tendemos a aquellos que dejamos atrás. El reencontrarse con nuestros muertos será entonces, una obligación. Ir en su búsqueda, una promesa ineludible.
Cíngaro Teatro y La espada de Madera, hacen la propuesta. Un ritual donde se encara la a la muerte de frente, con los ojos limpios, con las entrañas. El peor pecado del humano es, quizá, no decir las cosas que se sienten cuando se sienten.
El camino está señalado por la flor del cempasúchil. Al final del recorrido, aguardan nuestras querencias, impacientes, para recibir el cálido abrazo del que recuerda sin dolor.
Javier Cevallos
El viernes fui al teatro, a ver una obra de un grupo independiente, de ahí el texto anterior.
Aún traigo algunas frases de la obra en la cabeza, tengo un sabor extraño entre los labios y una humedad constante en los ojos…
No pude evitar que se me revolvieran los sentimientos al escuchar: “Quien te dijo que podías morirte, Quien te dijo que yo ya no te necesitaba?”
Es simple, me recordó la promesa aquella, esa que nos hicimos un día sabiendo que moriríamos, pero desconociendo, entonces, la fecha…
Y bueno, debo decir que las actuaciones son increíbles y la historia en si, es magnifica!
Ojala consigan una buena temporada, si alguien tiene oportunidad, no se arrepentirá de verla.
Yo por mi parte, ya hice mi reseña y por cierto, gracias Caro por haberme invitado ;)
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