25 de mayo de 2005

de Viaje...

once de la noche, me bajo del taxi en la central del norte, llevo una mochila con el corazón echo mierda y con mas basura que servirá solo para entretenerme las ocho horas de camino que me esperan...
tuve un jodido examen psicometricoortograficomentalcapsiosomatematico de tres horas a las cuatro de la tarde...
llegue a casa, me puse el pantalon de mezclilla que uso diario desde hace un mes, una sudadera roja tome la mochila y me largue del infierno con todo y mi dolor de cabeza...
subí al camion cinco minutos despues...
cinco horas y a cambiar de autobus.
dos horas y media y un taxi pa llegar al pueblo.
llego a la casa de hace años (ahora mas grande), los niños mas crecidos, aquel hombre mas viejo, la mujer mas ocupada, y él no está...
me tiro en el catre mas cercano y me duermo.
me despierta el olor de los frijoles y las tortillas recien echas, son como las dos y es la hora de comer...
antes debo traer agua del pozo que está como a quinientos metros, lavar los trastes y conseguirme una playera pa aguantar el calor.
regreso con el agua y me siento a comer, buena compañia y el no ha vuelto, me dicen que le llevaron la comida por que es tiempo de cortar y urge terminar.
me resigno a pasar la tarde tirada en el catre, pienso que puedo arreglar el corazón que traigo en la mochila y bueno, el tiempo pasará mas rapido...
se oscurece y no regresa, me duermo profundamente, el viaje no fue fácil y el cuerpo y mi cabeza, me gritan que debo descansar...
el desayuno al día siguiente, cafe y pan, un huevo con tortillas calientes, estoy sola, la gente acá, en serio trabaja.
en la tarde lo veo llegar, me mira, sabe que es tiempo de esa pausa de cada año.
lo abrazo y me pierdo entre sus labios...
nada en él es nuevo para mi...
paso la semana mas chida de todo el año, en sus brazos, bajo su piel, mojada en su sudor...
no importa nada, ni para mi ni para él, es tiempo de una pausa para cada quien, es nuestro momento para olvidar las penas, compromisos y mierda...
yo no pregunto quien le regalo el dije de su pecho y él no pregunta por que traigo solo trozos de corazón..
na, las preguntas nos joden la vida y eran pocos dias para arruinarlos así...
y nos callamos, preferimos besarnos y tocarnos y hacernos el amor...
y así, sin agua, con mucho que hacer, con una temperatura que a duras penas se aguanta, con los piquetes de moscos hasta por debajo de las pestañas y una quemadura en los brazos, nadie me engaña...
una semana a su lado es, neta, el paraíso...

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