29 de marzo de 2005

Una hoja...

de mi diario personal...


“Nunca te enamores de una mujer que se vende, eso siempre termina mal…”
Y que hay cuando tu eres la puta y te enamoras?
Sí, de cualquier modo, siempre termina mal…
He sido respetuosa del oficio desde que empecé, siempre seguí las reglas, cobré doble si era por atrás, respete una hora por cliente, cobre extra por el oral y si no había sexo, incluso, hacía descuento…
Nunca tuve problema y jamás vi los besos en la boca como un peligro…
Pero era regla, la de oro, la primera que me enseñaron con golpes cuando la quebré… no era juego…
Soy puta, sí, pero también soy mujer y puedo enamorarme.
El negocio deja pa vivir, eso basta,
Las ultimas noches no fueron buenas, apenas alcanzaba para una torta y un refresco, no modo, también hay bajas…
Pocos clientes, poca chamba y poco de que hablar… y llegó aquel tipo…
La verdad me gustó desde que lo vi, aunque solo iba de paso, supongo que andaba chocando precios, por que en esta chamba, también se da…
La siguiente noche regresó, no era un tipo feo pero a mi lo que me llamaba la atención era su estilo, me acerqué y cerramos el trato…
Olía bien y se veía de dinero, le cobré el doble…
Fuimos a un hotel de esos tapizados de espejos, debo decir que nunca me han gustado, aunque, me he visto mientras trabajo y a veces hasta yo me he creído mi cara de orgasmo…
No quise hablar, me sentía rara, como aquella vez, cuando empecé…
Esa fue por mero gusto, pero por dinero o por amor, igual me vendí…
Lo vi desabrocharse las mancuernillas, quitarse la camisa y bajarse el pantalón…
Me quedé como tonta, era atractivo y tenía un cuerpo que por un momento me hizo desear…
El boxer negro le delineaba los detalles sobre la piel clara, Oh sí!
Aquello iba a ser bueno…
Yo empecé a desvestirme y él me detuvo, me puso las manos en los hombros y comenzó a quitarme lo que traía encima…
La noche iba bien y yo necesitaba trabajar después, así que me tomé mi tiempo…
Olvidé incluso cobrar la cuota por las posiciones extra, que me iba a acordar si todas, las disfruté!
Casi para terminar, el me dejó bajo su piel, puso su cara sobre la mía, no me asusté, al contrario, dejé que me besara y, se rió de mi…
Una puta que sabe hacer un oral pero no besar!
Sí, esa era yo…
Me miró y susurró un “yo te enseño”… lo hizo y me gustó…
No suelo dormir después del trabajo, es otra regla, no te vayan a dejar dormida y sin pagar…
Esperé a que despertara y le cobré, puso cara de susto cuando notó que la tarifa había subido al doble de lo acordado, pero no hubo queja y pagó…
Era lo justo…
Digo, de algún modo debía cobrarle que entre los besos, se me fue el corazón…

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