Abrí la caja de Pandora y sobre mi empezaron a brincar los recuerdos de otros tiempos…
Tiempos en los que no había cosa que yo no pudiera hacer, que no pudiera arreglar o que no pudiera destruir…
Esos recuerdos me atropellaron la soledad y de pronto recordé, que jamás antes supe lo que eso significaba…
Mi niñez… como la extraño!
Extraño lo que había en ella y lo que poco a poco fui olvidando…
Sin embargo, ahora que encuentro mi viejo panda de plástico (sin un ojo), siento que no estoy sola y que quizá, otro día, me sienta capaz de solucionarlo todo, de hacer lo que yo quiera o en su defecto, destruirlo todo y sentirme valiente…
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